Wednesday, September 18, 2013
Friday, September 13, 2013
CON LOS PANTALONES ABAJO
Por Herman Beals
Hook, line, and sinker es una expresión
norteamerica para indicar -entre otras cosas- que alguien ha sido sorprendido con los
pantalones abajo.
Eso es exactamente
lo que ha pasado con Barack Obama a manos de Vladimir Putin, el ex
agente de la temida KGB que ahora, aprovechando la ineptitud del
presidente norteamericano, se da el lujo de dar lecciones a Estados
Unidos.
Pocas veces en la
historia, la mayor potencia del mundo ha servido en bandeja una
ocasión para que ser menospreciada, como lo ha hecho el presidente
ruso a propósito de Siria, el despótico regimen de ese país y los
peligrosos rebeldes que quieren derrocar al odiado Bashar Assad.
Putin aprovechó la
inseguridad y hasta el miedo que emanaban del mandatario
estadounidense sobre su renuente iniciativa de atacar a Siria, para
impulsar la idea de que ese país ponga sus mortíferas armas
bioquímicas en manos de las Naciones Unidas.
Obama, atacado en su
país por tratar de negar que él hubiera impuesto una
“línea roja” si Assad acudía al sarin para matar a sus
oponentes, finalmente se pronunció por un ataque limitado a Siria,
pero nunca pareció muy decidido a hacerlo.
Su vacilación,
unida a la creciente oposición de los estadounidenses a involucrarse
en una guerra en la cual los rebeldes pueden resultar tan peligrosos
como Assad para Estados Unidos, hizo que el presidente acogiera con
los brazos abiertos la iniciativa de Putin. Hook, line, and sinker.
El mandatario ha
sido “ayudado” en sus vacilantes posiciones por las declaraciones
de su secretario de Estado, John Kerry, y por los recuerdos de la
antecesesora de éste, Hillary Clinton, cuyos cuatro años a cargo
de la política exterior del país parecen haber sido mucho más
opacos y perjudiciales que los admiradores de la casi cierta
candidata presidencial tratan de hacer olvidar. El mortal ataque del
consulado estadounidense en Bengazi es uno de sus puntos más
negativos, pero no es el único.
Putin no sólo logró
poner de manifiesto la falta de experiencia internacional de Obama
con su iniciativa, sino que arrojó sal sobre la herida con un
artículo en The New York Times destinado a resaltar la idea de que
el poderío de Estados Unidos es una cosa del pasado en la era del
actual presidente.
Sunday, March 17, 2013
SARAH PALIN: ADMIRACION Y ODIO
Por
Herman Beals
Sarah
Palin volvió en gloria y majestad a la escena política, pero sus
detractores se niegan a reconocer que la mujer que surgió desde
Alaska a la escena nacional para cautivar al país -o despertar
profundo odio entre los izquierdistas o de quienes gozan de
privilegios en Washington- pueda tener un efecto en las elecciones
que en el año 2016 harán de Barack Obama un mal recuerdo para los
republicanos y, especialmente, para los conservadores e
independientes constitucionalistas.
Hasta uno de los
más ardientes críticos de la señora Palin, el diario Washington
Post, reconoció que la aparición de la ex candidata
vicepresidencial en uno de los máximos conclaves conservadores de
Estados Unidos fue un éxito, con la multitud
otorgándole, de pie, los mayores aplausos, entre las varias docenas
de oradores que participaron en la asamblea.
“La
respuesta dejó en claro que ella mantiene un enorme capital político
en la base conservadora”, dijo el diario, pero el periódico no
pudo resistir la tentación de afirmar que las reiteradas ovaciones
“recordaban el período en que era quizás la figura más prominente
del Tea Party o Partido del Té, cuyos integrantes rechazan la
injerencia excesiva del gobierno en sus vidas.
Esa
tónica, de insinuar que la señora Palin no es más la figura
dominante entre los republicanos conservadores, es casi unánime entre
los órganos de opinión izquierdistas y aún entre los medios del
sector derechista tradicional, cuyos privilegios son expuestos a
menudo por la ex gobernadora de Alaska.
La
verdad es que Sarah Palin es odiada por los izquierdistas que temen
que declare su candidatura presidencial y por los derechistas que no
la consideran miembro de la clase establecida y tradicional del
Partido Republicano.
Muchos
esperaban que la lider conservadora fuera candidata a la presidencia
contra Obama el año pasado, pero ella decidió no aceptar el desafío
y finalmente los republicanos llevaron como abanderado a un
empresario que causaba desconfianza entre amplios sectores del
partido y que ahuyentó a la clase media trabajadora en vez de
atraerla.
Varios
otros prominentes republicanos decidieron no participar en las
elecciones primarias, pero ninguno de ellos fue atacado entonces, o
ahora, como sucede con Sarah Palin, quizás porque ninguno de ellos
disfruta de la popularidad que tiene ella.
Casi
todas las versiones periodísticas sobre su participacion en la
asamblea conservadora llamada CSPAN reconocen que la dirigente fue la
más aplaudida, pero al mismo tiempo incluyen una salvedad no
respaldada por nada concreto: la creencia es que ella no será
candidata a la Casa Blanca en 2016.
Es
posible que sea así, pero sólo ella puede saberlo y en los tres
años y medio que faltan para los comicios pueden suceder muchas
cosas. Pero la muletilla no es repetida cuando se trata de los nuevos
preferidos de la prensa izquierdista y de los propios comentaristas
afines al statu quo entre los republicanos: los senadores Rand Paul,
un dentista de tendencia libertaria, y Marco Rubio, hijo de
inmigrantes cubanos que hasta hace unas semanas era mencionado como
candidato fijo a la presidencia pero cuyos bonos parecen haber
empezado a cotizarse a la baja en estos días.
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