Wednesday, October 28, 2015

BIEN POR CRUZ

En alguna parte del país Sarah Palin, quien fue y sigue siendo víctima de una prensa partidista, debe haber estado sonriendo.
 
Ted Cruz. Foto: tellmenow.com
Por Herman Beals
Nueva York, 29 de octubre, 2015
Mientras hay amplias diferencias de opinión acerca de quien ganó el debate presidencial republicano en Boulder Colorado, no hay duda de que la mayor ovación del público presente fue para el senador Ted Cruz cuando puso en su lugar a los "moderadores" que hacían las preguntas.
"Las preguntas hasta este momento en este debate ilustran por que los estadounidenses no creen en la prensa", enrostró el senador texano en medio de los aplausos de los asistentes al debate en la Universidad de Colorado y ante la consternación de los entrevistadores de la cadena CNBC.
"Vean las preguntas", continuó Cruz.
"Donald Trump, ¿es usted un villano de un libro de comiquitas?
Ben Carson, ¿sabe de matemáticas?
John Kasich, ¿insultará usted a dos personas presentes aquí".
"Marco Rubio, ¿por qué no renuncia (a la candidatura)".
"Jebb Bush ¿por qué sus números han bajado en las encuestas?".
"¿Qué tal si hablamos de asuntos importantes?, preguntó el senador conservador a los supuestos moderadores, recordando al mismo tiempo la diferencia de lo sucedido en el debate demócrata de la semana donde no hubo preguntas comprometedoras para Hillary Clinton y los demás postulantes de su partido a la presidencia.
En alguna parte del país Sarah Palin, quien fue y sigue siendo víctima de una prensa partidista, debe haber estado sonriendo.
NOTA:
Ted Cruz tene 41 años, es abogado, nació en Canadá y es hijo de un cubano que peleó junto a Fidel Castro y que emigró cuando "vio que el rumbo de la revolución cambiaba". En noviembre, Ted Cruz se convirtió en senador de Texas, especialmente por un fuerte apoyo del Tea Party.

Sunday, September 6, 2015

PAYASO PARA ALGUNOS, ESPERANZA PARA OTROS

Sí, pero es nuestro payaso, replican los cada vez más numerosos votantes.

Por Herman Beals
5 de septiembre, 2015
 Donald Trump es un payaso, lloriquean los desesperados y estupefactos políticos y articulistas del establecimiento republicano, uniéndose de manera interesada a los constantes ataques izquierdistas en contra del candidato. Sí, pero es nuestro payaso, replican los cada vez más numerosos votantes que creen que el multimillonario aspirante a la presidencia de Estados Unidos, podría devolver al país la grandeza que ha perdido.
 Las encuestas siguen colocando a Trump en el primer lugar entre los 17 candidatos republicanos, con ventaja de dos dígitos sobre sus perseguidores, entre ellos Jebb Bush, quien es el preferido del establecimiento. Payaso o no, lo que el establecimiento trata de ocultar, sin éxito hasta ahora, es que el surgimiento de Trump va más allá de un entusiasmo momentáneo.
 Más que la persona del candidato, los votantes lo identifican con sus promesas de terminar con la inmigración ilegal, de facilitar el regreso de las industrias al país, de devolver las fuentes de trabajo a los estadounidenses, de acabar con el excesivo poder que tienen la Cámara de Comercio, Wall Street y los gestores pagados, generalmente ex políticos, que tratan de influenciar a los legisladores para que aprueben los proyectos que beneficiarán a sus patrones, de terminar con medidas impulsadas por el actual gobierno demócrata, a pesar de la mayoría republicana en la Cámara de Representantes y el Senado.
 Los candidatos tradicionales y sus acólitos siguen creyendo -o por lo menos predicando para tratar de convencer al público- que Trump es un capricho pasajero y que todo volverá al cauce natural favorecido por el establecimiento antes o durante las elecciones primarias que proclamarán en 2016 al candidato republicano.
Pero eso podría no ocurrir, como acaba de escribir Dan Balz, el respetado columnista del Washington Post, quien no siempre se suma al entusiasmo izquierdista y pro demócrata de su diario. “Los candidatos tradicionales no pueden estar seguros en la espera de que los votantes vengan hacia ellos”, afirmó Balz. “Si Bush, (la demócrata Hillary) Clinton y otros sucumben al pensamiento de que el mundo ha girado sin control este verano y que pronto regresará a su forma normal, podrían estar perdiéndose parte del mensaje”.
Primero Bush trató de ignorar a Trump, pero cuando eso no dio resultado, recurrió a los ataques, acusándolo de no ser conservador y de promover medidas imposibles de cumplir, como es construir un muro para impedir el ingreso de inmigrantes a través de la frontera con México. Resultado? Trump volvió a subir en las encuestas.
 La señora Clinton, que tiene sus propios problemas derivados de su comportamiento como secretaria de Estado, también ha incluido a Trump en sus ataques ultimamente, quizás por ser más realista que los republicanos tradicionales y olfatear que el "payaso" podría ser su adversario en 2016.

Thursday, September 3, 2015

QUIEN SIEMBRA VIENTOS...

Cosecha tempestades.
Foto: Taringa.net 
Por Herman Beals
3 de septiembre, 2015
Los políticos republicanos tradicionales, que se hicieron elegir prometiendo impulsar iniciativas conservadoras en el Congreso pero que nunca cumplieron --y de paso permitieron que el demócrata Barack Obama impusiera su agenda izquierdista desde la Casa Blanca-- están ahora cosechando lo que sembraron: Donald Trump.
El “establecimiento” republicano, dominado por la Cámara de Comercio y Walt Street, pensó que 2016 iba a ser una repetición del pasado, con un candidato que siguiera sus dictados y por ello aplaudió sin reservas a Jebb Bush y a la mayoría de los otros 15 gobernadores, ex gobernadores y ex legisladores que decidieron buscar la presidencia.
Ello a pesar de que algunos de esos candidatos obviamente tendrían dificultades hasta para lograr en las elecciones el respaldo de sus propios familiares, como las encuestas lo están demostrando.
Pero, con la excepción de Ted Cruz y algún otro aspirante, eran parte del “establecimiento” y por lo tanto, había que aceptar sus quijotescas quimeras.
Todo ello sin escuchar las voces de Sarah Palin y unos pocos comentaristas conservadores que advertían que el país estaba cansado de promesas que nunca se cumplían y estaba siendo transformado según los dictados liberales y la “correctividad política”.
Entonces apareció Trump, el multimillonario empresario que anteriormente había jugado con la idea de buscar la presidencia, pero que nunca había hecho realidad sus planes.
El establecimiento y los pomposos comentaristas fieles a sus dictados, vaticinaron que la candidatura no sobreviviría más allá de unas semanas, todo ello mezclado con términos derogatorios para Trump, especialmente después de que diera a conocer sus planes para combatir y terminar con la inmigración ilegal.
Pero han pasado las semanas y los meses y Trump sigue dominando en las encuestas, con Bush y los demás muy rezagados y con algunos de los más obvios soñadores figurando con cero por ciento, o poco más, en esas consultas.
En una clara maniobra contra Trump, el Partido Republicano decidió que los candidatos debían firmar un documento comprometiéndose a no buscar la presidencia como abanderado de un tercer partido o como independiente.
Es dudoso que ese documento tenga validez legal, pero si lo tuviera, ¿qué va a hacer el desesperado establecimiento republicano contra el multimillonario que ha despertado las esperanzas de los descorazonados por promesas incumplidas? ¿Quizás multarlo?
En una de las últimas encuestas, Trump era el favorito del 30 por ciento de los probables votantes republicanos. En otra muestra del repudio conservador contra el establecimiento, el segundo en el sondeo de la Universidad Monmouth es el médico Ben Carson, aunque muy distante de Trump. Ninguno de los dos ha ejercido un cargo político hasta ahora.
El director de la encuesta, Patrick Murray, resumió los resultados del sondeo con palabras lapidatorias para los políticos tradicionales.
El hecho de que el único que puede desafiar a Trump es el único otro candidato que nunca participó en una elección o ha ejercido electivo habla volúmenes del poco aprecio que los votantes del Partido Republicano tienen por el establecimiento”, sentenció Murray.

Monday, January 19, 2015

NO TAN TONTO

Raúl Castro

 Herman Beals
19 de enero, 2015.
Después de todo, Raúl Modesto Castro no era tan tonto como a muchos de sus compatriotas les gustaba pensar, o querían creer.
 “El fin (de la dictadura) se acerca. Raúl no es Fidel. Es débil, poco inteligente, borrachito y homosexual”, nos dijo a Angélica y a mi en 2006 una destacada opositora cubana exiliada en Europa donde fuimos a visitarla.
Ese fue el año en que Raúl reemplazó a su hermano como dictador vitalicio Los hechos han probado que ella –y probablemente millones de otros cubanos- estaban equivocados.
El hermano menor consiguió lo que Fidel nunca pudo hacer: torcerle la mano a Estados Unidos.
Claro que Raúl fue ayudado grandemente por Barack Hussein Obama quien todavía tiene que encontrar un dictador con quien no discrepar abiertamente como lo demuestran sus coqueteos con Irán.
El restablecimiento de los contactos con la intención de restablecer las relaciones diplomática, es visto con recelo por muchos cubanos y entre un fuerte sector de los conservadores norteamericano pero, de un modo u otro, los castristas y en general los izquierdistas del mundo lo han celebrado con alborozo. Y no es para menos.
Despues de más de 60 años, los hermanos Castro habían vencido al enemigo, aunque todavia hay mucho camino por recorrer y la presencia estadounidese en las playas de la isla caribeña podría acelerar cambios resistidos con mano férera y sin compasión por la gente en el poder.
En la prensa norteamericana izquierdista ya han comenzado a aparecer especulaciones sobre quienes herederán el poder cuando los longevos Castro Ruz desaparezcan de la escena. Perro los posibles reemplazates mencionados podrían ser más dañinos que la vieja guardia.
En un artículo fechado en México, el diario de Washington Post sugirió que los sucesores de los Castro podrían salir de entre los espías devueltos por Obama a Cuba. Según el diario, los tres liberados ahora y otros dos que habían vuelto antes a Cuba tras el cumplimiento de sus condenas, son considerados héroes en su país.
El artículo menciona en especial a Gerardo Hernández, de 49 años, quien estaba cumpliendo dos sentencias a cadena perpetua por conspirar para cometer el asesinato de cuatro miembros del grupo Hermanos al Rescate y otros crímenes.
Eso es como salir de las llamas para caer en las brasas, pero la paciencia de los cubanos para soportar a los dictadores que los han atormentado desde mediados del siglo pasado parece durar para siempre.

Saturday, January 10, 2015

MI TURNO


Más barato por docena

istockphoto.com/suzanne clements
 istockphoto.com/suzanne clements
Herman Beals
10 de enero, 2015
Con razón los norteamericanos no creen en los políticos.
Por el lado del Partido Democrático tienen a un presidente liberal que hace lo que quiere, imponiendo medidas que van en contra de los deseos de la mayoría de la población, mientras que los republicanos parecen impotentes ante las maniobras de Barack Obama, incluso ahora que controlan las dos cámaras del Congreso
Por si eso fuera poco, el futuro ofrece pocas esperanzas con una plétora de aspirantes a la presidencia en el año 2016.
Cualquiera que se considere un político cree que puede llegar a la Casa Blanca. Esto se aplica a Hillary Clinton, quien es considerada por muchos como segura ganadora, si es que decide ser candidata. Pero la señora Clinton no tiene mucho que ofrecer.
Fue una primera dama controversial, fracasando en los deseos de su esposo Bill Clinton, de que impusiera una reforma al sistema de cuidado de la salud, al mismo tiempo que permitía las escapadas extramatrimoniales del presidente.
Como senadora no dejó una sola legislación que la haga recordar y, como secretaria de Estado de Obama, lo más notable que hizo fue viajar por todo el mundo, cometiendo en su incesante itinerario algunos gafes notorios, como el “relanzamiento” de la política de Estados Unidos con Rusia. Vladimir Putin se está riendo desde entonces.
Otro posible candidato presidencial demócrata es el vicepresidenbte Biden, salvo que es probable que cada vez que el divertido Joe abre la boca diga una barbaridad. Entre los republicanos, hay casi una veintena de aspirantes a la presidencia y es posible que aparezcan varios otros, a medida que se acerquen las elecciones primarias que designan al candidato definitivo.
Algunos de ellos esos soñadores tienen menos posibilidades que una plegaria en el infierno, pero siguen soñando, ayudados por la nueva y la vieja prensa bajo la premisa de que mientras más, mejor diversión.
Los últimos dos en agregar sus nombres como posibles candidatos están entre los de mayor calibre, pero ello no significa que sean lo que el país necesita.
Jeb Bush es un republicano moderado de escaso carisma, de posiciones poco atractivas para los republicanos conservadores, y peor aún, con un apellido que hace recordar una dinastía que muchos quisieran olvidar.
Mitt Romney fue un pésimo candidato en 2012, lo cual permitió la reelección de Obama.
Ahora lo mejor que tiene en su favor es la creencia de que “la tercera es la vencida”, pero no mucho más, aparte de la impopularidad del actual ocupante de la Casa Blanca.
Los comicios presidenciales y hasta las elecciones primarias están aún lejos y muchas cosas pueden suceder de aquí a noviembre del próximo año, pero los políticos que aparecen como posibles candidatos hasta ahora no parecen ofrecer muchas esperanzas para el futuro.