Friday, December 12, 2008

Justicia y Elián González*

Por Herman Beals
Los expertos consideran que Barack Obama no encontrará problemas en el Congreso para la ratificación de su entero gabinete, con una posible e importante excepción: la del propuesto secretario de Justicia, Eric Holder, cuyo nombre ha estado vinculado con dudosas acciones en el pasado, una de ellas la vergonzosa entrega del niño Elían González a la dictadura de Cuba.
Holder es considerado, junto con la designada embajadora ante las Naciones Unidas, Susan Rice, como dos de los más allegados colaboradores liberales escogidos por el presidente electo para que le ayuden a gobernar.
Si es confirmado, el abogado de Washington sería el primer secretario de Justicia negro de la nación. El cargo, también conocido con el nombre de Procurador General, es de vital trascendencia para la política que se desee implantar, especialmente en materias sociales y de seguridad nacional.
Cuando el niño en aquel tiempo de seis años fue devuelto a su padre, en una maniobra usada ampliamente como propaganda por Fidel Castro -la madre del menor había muerto en su intento por alcanzar la libertad con su hijo- Holder fue uno de los actores principales en la decisión, en su carácter de subsecretario de Justicia bajo Janet Reno.
En una famosa entrevista en el canal de Fox ,hecha por Andrew Napolitano, el ex juez convertido en personalidad de la televisión, Holder negó que el niño hubiera sido arrebatado de las personas con que vivía por la fuerza de las armas.
Para mala suerte de Holder, la pantalla había sido dividida en dos y mientras él negaba el uso de armas, la otra mitad del televisor mostraba a un agente armado con un fusil de asalto en el proceso de apoderarse del aterrado niño. La imagen ganó posteriormente el Premio Pulitzer al fotógrafo Alan Díaz.
En otra entrevista, con el ahora fallecido Tim Russert, Holder negó que se iban a usar armas para, en efecto, secuestrar al niño y dio seguridades de que la medida no se tomaría en la oscuridad de la noche.
Después del hecho, Russert volvió a entrevistar a Holder por el cambio en el procedimiento. Sin inmutarse, el funcionario le respondió que no estaba seguro de que podía calificarse de “dramático” lo que había ocurrido.
Y, con respecto a su afirmación anterior de que la operación no se haría en horas de la noche, explicó, también sin arrugarse: “Esperamos hasta las cinco de la mañana, justo antes de la madrugada”.
Pero el triste episodio del niño cubano no es el único escándalo que podría surgir durante el trámite de confirmación legislativa, posiblemente poco después de que Obama asuma la presidencia el 20 de enero.
La prensa, incluso la que se ha mostrado incondicional de Obama, ha resucitado estos días otras tres instancias escandalosas, o por lo menos polémicas, en las que el candidato al Departamento de Justicia intervino durante la época de Bill Clinton.
La actuación de Holder en el perdón presidencial del fugitivo millonario Marc Rich es probablemente aún más controversial que su papel en el caso del niño cubano.
En sus últimas horas como presidente en el año 2001, Clinton perdonó a Rich –cuya esposa figuraba entre las personas más generosas en sus donaciones en dinero al mandatario—y el delincuente se libró así de la cárcel por numerosos cargos de evasión y fraude de impuestos y negocios ilegales con transacciones petroleras.
En vez de oponerse, Holder apoyó el perdón, diciendo que su actitud era “neutral, inclinándose hacia lo favorable”.
Más tarde se disculpó públicamente, pero el mal ya estaba hecho.
Dos años antes, se informó que Holder había estado de acuerdo con otorgar clemencia a 16 miembros del grupo terrorista puertorriqueño Fuerzas Armadas de Liberación Nacional, a pesar de que el FBI y fiscales estatales se oponían a la medida.
Aún antes de eso, en 1996, Holder, siempre en su condición de subsecretario de Justicia, se opuso a una petición republicana de que se designara a un consejero independiente para investigar el origen de fondos en la campaña presidencial, aunque había fuerte evidencia de ilegalidad en las contribuciones de dinero a determinados candidatos.
Nadie duda de que el postulante a la cartera de Justicia tiene experiencia y es un abogado destacado. Pero es muy posible que esas cuatro situaciones lo pongan por lo menos en una posición difícil durante las audiencias de confirmación por el Senado.

*Aparecido originalmente en Univisión Radio

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