Por Herman Beals
NUEVA YORK .Cuando el amo habla, los discípulos se callan, o siguen sin chistar los dictados del patrón.
Eso es lo que ha sucedido con el amo, Fidel Castro, y uno de sus más obedientes seguidores, aunque no necesariamente el más brillante, el inefable Hugo Chávez.
Hasta antes de que se atribuyeran al anciano dictador cubanos algunas frases de elogio para el nuevo presidente de Estados Unidos, Chávez había atacado abiertamente a Barack Obama, afirmando que el mandatario demócrata tenía la misma “fetidez” que su predecesor, el republicano George W. Bush.
Obama, dijo Castro, en coincidencia con una visita a La Habana de la izquierdista presidenta argentina Cristina Fernández, ha expuesto con honestidad sus ideas y tiene “nobles intenciones”.
“Estuve una hora o más con él, estuvimos charlando, departiendo, lo ví muy bien”, declaró la señora Fernández antes de seguir viaje a Caracas para hablar con Chávez, su amigo y benefactor económico durante la campaña que la llevó a la presidencia.
Agregó que Castro le había dicho que había seguido “muy atentamente” por la televisión las ceremonias de ´toma del mando en Washington y “tuvo palabras muy conceptuosas para el presidente Obama.
Hubo una pequeña discrepancia pública sobre la duración de la entrevista. La presidenta argentina dijo que la conversación había durado “una hora o más”, pero Castro afirmó en la columna que aparece con su nombre que la reunión fue de 40 minutos. Es posible que el tiempo se le haya hecho más largo a la señora Fernández.
Pero la columna y las declaraciones de la visitante fueron suficiente para que el gobernante venezolano cambiara los insultos por zalameras alabanzas hacia Obama.
“Es un hombre con buenas intenciones”, dijo Chávez, añadiendo que debe ser aplaudido porque de inmediato ordenó el cierre de la prisión en la base de Guantánamo, donde Obama heredó 250 terroristas mantenidos allí por el gobierno de Bush.
Sin estar obligados por la extraña alianza entre un tirano implacable, pero de perversa inteligencia, y el golpista militar venezolano de pocas luces, los izquierdistas estadounidenses tampoco escatiman loas para Obama por su anunciado cierre de Guantánamo, no importa que la clausura de la controvertida prisión sea a un año plazo y, probablemente más allá de eso.
La mayoría de los norteamericanos está de acuerdo en que Guantánamo debe ser cerrado, aunque Obama ha sido ampliamente criticado por los comentaristas de derecha por haber anunciado la medida sin que su gobierno tenga un plan detallado de cómo llevarla a cabo.
El hecho de que dos jurados enemigos de Estados Unidos estén aplaudiendo la orden, sólo contribuirá a la intensificación de los ataques internos contra el joven presidente, especialmente por el hecho de que nadie desea tener a los terroristas cerca y la selección del nuevo presidio sólo reactivará la controversia.
Obama prometió durante ala campaña electoral que cerraría Guantánamo tan pronto como llegara al gobierno, de modo que la medida no tomó a nadie por sorpresa, pero la carencia de planes concretos para ejecutar la medida está causando algunas críticas contra el nuevo gobierno.
Pero Obama tenía que satisfacer a sus votantes “liberales”, que se mostraban inquietos por un supuesto giro centrista del político demócrata. Ahora esos izquierdistas están –al menos por ahora-- felices.
Saturday, January 24, 2009
Subscribe to:
Post Comments (Atom)
No comments:
Post a Comment