Saturday, July 10, 2010

COPA DEL MUNDO: SEGUNDO LUGAR, PRIMER PERDEDOR

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Herman Beals

Quien termina en segundo lugar es el primer perdedor. Esta máxima, es válida en la vida en general y especialmente en los deportes, donde todos quieren estar en el lugar de honor del podio. Ni qué hablar del tercer o cuarto puestos, pero eso es lo que dirimieron Alemania y Uruguay en el penúltimo partido del Décimonoveno Campeonato Mundial de Fútbol.

Ganó Alemania por 3-2, con dos de los máximos valores de ambos conjuntos y goleadores del torneo, el jóven Thomas Mueller y el gran Diego Forlán, anotando una vez cada uno para completar cinco en Sudáfrica, con una diferencia: el tanto del uruguayo de largo cabello rubio contenido por una cinta plástica fue uno de los mejores de la Copa.

Forlán tomó de volea un tiro cruzado de Egidio Arévalo, batiendo limpiamente al golero Hans Joerg Butt. Debajo de los otros tres palos, el uruguayo Fernando Muslera pareció afectado por la lluvia y lo resbaloso del balón lo cual contribuyó a por lo menos uno de los goles germanos.

Alemanes y uruguayos se fueron con honor y en medio de cálidos aplausos, pero eso no mitigará el dolor de haber estado ausente del sitial que conquistaron para sí Holanda y España.

El partido en el estadio Nelson Mandela de Port Elizabeth se jugó bajo lluvia, pero así y todo los jugadores se esforzaron por ofrecer un buen espectáculo, en un partido que no significaba mucho para ninguno de ellos.

Mueller abrió la cuenta a los 19 minutos cuando algunos creyeron ver posición adelantada, pero el árbitro mexicano Benito Archundia señaló hacia el centro de la cancha, validando el gol.

Empató Edinson Calvani a los 28, Forlán puso en ventaja a Uruguay a los 52, pero los alemanes volvieron a anotar por intermedio de Marcell Jansen y Sami Khedra, a los 56 y 82 minutos.

Forlán tuvo la oportunidad de igualar en los últimos segundos del encuentro, pero su tiro libre dio en el travesaño.

Es la segunda vez que los alemanes, favoritos cuando comenzó la Copa el 11 de junio, deben contentarse con el tercer puesto.

Uruguay, que despertó expresiones de sorpresa en Sudáfrica entre quienes no están bien al tanto de la calidad y poderío de su fútbol, sacó la cara por el continente americano, que comenzó el torneo dominando en las primeras etapas sólo para desilusionar en las instancias claves.

El tercer puesto conseguido por Alemania significa que, como sucedió hace cuatro años, los tres primeros lugares de la Copa van a quedar en poder de países europeos, un poderoso llamado de atención para América Latina y, en especial para sus dos grandes potencias, Brasil y Argentina.

Desde el punto de vista económico, como siempre la FIFA, el organismo rector del balompié, estuvo en el podio de los victoriosos en Sudáfrica.

Según cálculos divulgados en Johannesburgo, la FIFA verá engordar sus cofres, agregando la astrónomica suma 330.000 millones de dólares con ganancias derivadas del torneo.

La Copa del Mundo es una máquina de hacer dinero para la FIFA con sus ingresos por derechos de televisión, mercadeo y otros proyectos destinados a hacer feliz al suizo Sepp Blatter, el septuagenario presidente de la entidad.

Los beneficios materiales para Sudáfrica también serán importantes, pero a la larga no tanto en el aspecto económico.

El primer país del continente africano que haya organizado el magno espectáculo se siente orgulloso de la tarea realizada y, según los entendidos, la Copa del Mundo constituirá una bonanza para el turismo en los próximos años.

Una suma superior a los tres millones de personas asistieron a los estadios, lo cual coloca a Sudáfrica en el tercer lugar en esta categoría, detrás de la Copa del Mundo de 1994 en Estados Unidos y el torneo de 2006 en Alemania.
Aunque ese logro es impresionante, quedó corto con respecto a los cálculos iniciales, aunque no por mucho. Si las tribunas se hubiesen llenado en cada partido, los espectadores habrían totalizado 3.420.000, según los cálculos de los organizadores.

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