Por Herman Beals
Uruguay, cuna del Campeonato Mundial de Fútbol, se alzó como legítimo candidato al título en Sudáfrica al pasar a los cuartos de final con un bien planeado accionar frente a Corea del Sur a la cual derrotó por dos goles a uno.
La historia se repitió en el segundo partido de la jornada. Ghana, que hace cuatro derrotó a Estados Unidos por 2-1 logró el mismo resultado este sábado y eliminó a los norteamericanos provocando enorme desencanto en un país que creía que esta vez podía llegar más lejos.
Ghana jugó un gran partido y fue ayudado, tanto por la defensa como el arquero estadounidense, especialmente en el primer gol.
Ghana es así el único entre todos los países africanos en pasar a los cuartos de final y podría ser un peligroso rival para Uruguay cuando se enfrenten el 2 de Julio.
Los dos equipos terminaron empatados a un gol en el tiempo reglamentario, con una tempranera conquista de Kevin Prince Boateng. Los estadounidenses empataron a los 62 minutos con un tiro penal ejecutado por Landon Donovan, pero en el tercer minuto extra Asamoah Gyan superó a dos defensores norteamericanos para rematar desde una posición muy difícil y enviar la pelota a la red.
Los norteamericanos trataron nuevamente de lograr la igualdad, pero lo hicieron de manera desordenada. Cuando el árbitro señaló que habían terminado los 120 minutos, los jugadores de Ghana celebraron como si ya hubieran ganado el torneo.
Y no era para menos. Con sus anteriores actuaciones, en las cuales fue abiertamente perjudicado por los arbitrajes, Estados Unidos había creado la ilusión de que era invisible pero, aunque su nivel de juego ha ido ganando en calidad en los últimos años, el peligroso onceno de Ghana tenía otros designios.
Mientras tanto, la victoria uruguaya en la ronda de los últimos 16 volvió a ratificar el gran momento porque pasan los equipos latinoamericanos, aunque a partir del domingo habrá obligadamente perdedores entre los latinoamericanos cuando se enfrenten entre sí. Los primeros en hacerlo serán Argentina y México el domingo, seguidos un día después por Brasil y Chile.
Uruguay, ganó en 1930 el primer campeonato mundial con una holgada victoria sobre Argentina en Montevideo y repitió la hazaña veinte años después en Maracaná cuando Brasil, que sólo necesitaba empatar cayó por 2-1 provocando desesperación, llanto y hasta suicidios entre sus fanáticos seguidores.
Jules Rimet, quien era el presidente de la FIFA, el organismo rector del balompié y cuyo nombre pasó a ser símbolo de la Copa del Mundo, había llegado al Maracaná ---junto con casi 200.000 otras personas--- llevando un discurso escrito en portugués para felicitar a Brasil como el nuevo monarca.
Cuando sucedió lo impensable, Rimet no sabía que decirle a Obdulio Varela, el inmortal capitán de los “charrúas”, al momento de entregarle el trofeo.
En peor situación que Rimet estuvieron los comerciantes que habían confeccionado medio millón de camisetas con la inscrpción “Brasil Campeao 1950”.
Uruguay sufrió un largo período de estancamiento. La última vez que clasificó a los cuartos de final fue derrotado por Italia, la que llegaría ser finalista para sucumbir frente a Brasil.
Pero ahora parece estar de vuelta.
Frente a los sudcoreanos, Luis Suárez anotó los dos goles uruguayos, ambos de excelente factura, a los 8 y 80 minutos. Lee Chung Chong empató el marcador a los 68 minutos con un certero golpe de cabeza.
Entre sus dos goles, los uruguayos permitieron que los sudcoreanos dominaran las acciones y hasta tuvieran posibidades de gol que fueron frustradas por los postes y falta de mayor precisión. Pero cuando los sudamericanos vieron que debían volcar la cuenta a su favor lo hicieron con la clase y decisión que los hicieron famosos en el pasado.
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