COPA DEL MUNDO: ROBO EN SUDAFRICA

Por Herman Beals

Hay un ladrón entre los árbitros a cargo de los partidos en la Copa del Mundo que se disputa en Sudáfrica. ¿Su nombre? Koman Coulibaly, de Mali, quien, sin la menor vergüenza anuló un gol que habría significado la victoria para Estados sobre Eslovenia tras una notable recuperación de los norteamericanos que estuvieron en desventaja de 2-0 en el primer tiempo sólo para empatar con dos magníficos goles de Landon Donovan y Michael Bradley.

En los minutos finales del encuentro, Maurice Edú recogió de volea un tiro libre de Donovan y envió el balón a las redes, pero entonces el árbitro, que ya había mostrado su tendencia a perjudicar con sus cobros a los estadounidenses, anuló el tanto.

Nadie supo por qué.

Donovan, quizás el mejor jugador de Estados Unidos de todos los tiempos, denunció la decisión del árbitro como “robo”.

La jugada, repetida una y otra vez por la televisión, mostró que no hubo posición adelantada y que, si ocurrió una falta dentro del área chica, fue culpa de los eslovenios que inmovilizaron con sus brazos a los jugadores norteamericanos, uno de los cuales terminó en el césped frente a la línea de gol.

Fue una actuación deplorable del árbitro y ello es, en parte, culpa de la Federación Internacional de Fútbol, el organismo rector de este deporte que especialmente en los últimos tiempos ha enviado a la Copa del Mundo a jueces que no están calificados, todo ello en aras de una política destinada a satisfacer a todos los miembros que son, a la postre, quienes eligen a los dirigentes.

El cuadro de la pequeña Eslovenia jugó un buen tiempo sólo para descontrolarse en el segundo. Sus dos goles, anotados por Valter Birsa y Zlatan Ljubijankik fueron de buena factura y el empate, unido a la victoria anterior sobre Argelia en el Grupo C dejó en buena posición a los eslovenios para avanzar a la siguiente ronda.

En el primer partido del viernes, Alemania, que había parecido ser invencible en su debut ante Australia, fue despertada de su sueño de grandeza por Serbia y sus propios errores.

Primero, el peligroso goleador Miroslav Klose debió irse a los vestuarios al acumular su segunda tarjeta amarilla. Un minuto después, Ilan Jovanovic marcó el que a la postre sería el único gol del partido.

El árbitro español, Alberto Undiano, quien parecía enojado con el mundo, castigo con tarjetas amarillas a nueve jugadores, el mayor número en esta Copa.

Fue una derrota humillante para los tres veces campeones mundiales. Por supuesto no ayudó que Lukas Podolski, uno de los más poderosos atacantes del balompié, desperdiciara un tiro penal frente al arquero Vladimir Stojkovic quien, al final del encuentro se llevó la pelota como recuerdo, poniéndola bajo su camiseta.

A pesar de su inesperada derrota, Alemania mantiene sus posibilidades de pasar a la siguiente ronda, pero, excepto por los australianos que tendrían que realizar una labor titánica en sus dos últimos partidos, nada está aún definido, con Serbia y Ghana en la pelea por avanzar en el torneo.

La jornada del viernes se cerró con un partido deplorable entre la una vez poderosa Inglaterra y la modesta Argelia en el mismo Grupo C de Estados Unidos.
Con el empate sin goles tras 90 minutos para olvidar, todo quedó en suspenso hasta que los cuatro equipos disputen su tercer y último encuentro. Eslovenia tiene 4 puntos, Estados Unidos 2, Inglaterra 2 y Argelia 1. En esos partidos, Estados Unidos enfrentará a Argelia y Eslovenia a Inglaterra.